miércoles, 26 de octubre de 2011

REMANENTES DE LA AUTOPSIA SUPERHERÓICA.

Con motivo de la publicación de El regreso del caballero oscuro y la revolución que significó la revisión que del justiciero de Gotham realizara Frank Miller (convirtiéndolo en un sociópata de  métodos expeditivos y moral nietszchiana), el autor de 300 no tardó en quitarse el mérito y señalar al verdadero responsable de aquellos nuevos (y convulsos) tiempos que vivía el comic-book superheróico: "El género de superhéroes ha muerto. Alan Moore lo asesinó con Watchmen. Yo sólo me he limitado a hacerle la autopsia." 

Con su célebre obra, el barbudo de Northampton nos mostró las fatídicas consecuencias que podrían derivarse si un grupo de individuos se arrogasen con la autoridad moral y (lo más preocupante) la sociedad se lo permitiese. Así, la misma naturaleza suprahumana del superhéroe puede resultar en posturas tan radicales y peligrosas como la moral categórica de Rorscharch, el abominable utilitarismo de Ozimandys o la imperturbable indiferencia del Dr. Manhattan ante los (insignificantes) asuntos humanos.

El mundo estaba cambiando y los héroes se vieron condenados a adaptarse o morir. Y eso fue lo que Frank Miller hizo con el Caballero Oscuro, transfromándolo en un "vigilante" que se ve obligado a remodelar su código moral para adaptarse a un mundo en el que los villanos ya no son simples rateros o payasos homicidas de sonrisa perenne, sino los medios de comunicación, los líderes poíticos y la apatía de una sociedad agonizante. Bien parecía que, entre las páginas de los cómics, ya no había cabida para aquellos héroes de la edad de oro, apolíneos y de moral intachable. Y era cierto, el ideal del superhéroe había sido asesinado con brutalidad y diseccionado impúdicamente. Pero toda época necesita sus héroes. Así que se recogieron los pedazos y se reconstruyó lo que se pudo. Seres excéntricos, más parecidos a Freaks de circo ambulante que a héroes de antifaz y capa. Probablemente, los héroes que merecemos.


 THE AUTHORITY

Creados por Warren Ellis y con Bryan Hitch encargado del dibujo, The authority representan la hipérbole posmoderna de la moral categórica de Rorscharch y el utilitarismo de Ozimandys. Este grupo de seres superpoderosos se encuentra más próximo al panteón deífico que al "amigable vecino" que  se autoproclamaba el trepa-muros de Marvel. Su nombre no es gratuito: The authority  no son protectores ni héroes.  Ellos son la única y verdadera autoridad moral, los que deciden quienes son los buenos y quienes los malos y si protegen a la humanidad no es porque ésta les inspire esperanza o por  que aspiren a salvaguardar el preciosímo valor de la vida, sino porque saben que somos débiles y un tanto inútiles y que sin ellos no duraríamos ni un segundo. Por ello destaca la extrema ultra-violencia de la que hace gala el supergrupo, que se mofarían hasta el extenuación de los códigos morales del hombre de Krypton o el enmascarado de Gotham. The authority masacra, mutila y despedaza y lo hace sin la mínima vacilación, porque el mal DEBE ser erradicado y el fin  siempre justifica los medios. Axioma moral que se sintetiza en una concisa e irrefutable sentencia que proclama la líder del grupo antes de enfrentarse a una nueva amenaza: "Somos The Authority. Y hemos venido a zurraros."
Los integrantes del grupo son: Jenny Sparks "el espíritu del siglo XX", Jack Hawksmoor "el Dios de las ciudades", Apolo "Dios del sol", Midnighter "el portador nocturno de la guerra" (estos dos últimos pareja sentimental), El Doctor "Chamán de esta era" además de yonqui, Angela Spica alias "Engineer" y Swift "La cazadora alada".


THE MAXX

Es muy posible que algunos lectores recuerden una serie de animación homónima, estrenada en la MTV hará unos 15 años y con este entrañable mastodonte de color morado como protagonista. La serie era una adaptación literal (se recurrió a una técnica de animación para dar movimiento a cada una de las viñetas) del comic de Sam Kieth, que se encargó tanto del guión como del dibujo. 
Con cierto aire a cómic underground, Kieth nos presenta el que probablemente sea el superhéroe más antiheróico hasta la fecha. Olvídense de Bat-cuevas, Fortalezas inexpugnables en la Antártida o Bases-satélites en la atmósfera terrestre. The Maxx vive en un callejón húmedo y oscuro, dentro de una desvencijada caja de cartón. Cuando intenta socorrer a un ciudadano en peligro, la policía le confunde con el asaltante y lo encierran en comisaría. Y por si fuera poco sufre de terribles jaquecas, siempre acompañadas de episodios alucinógenos en los que The Maxx vive en una salvaje Pangea y es un guerrero protector de la Princesa Leopardo. Con un estilo rabiosamente expresivo y caótico, Kieth nos sumerge en la esquizoide mente de The Maxx, recurriendo al juego entre realidades paralelas que se confunden, el cenagoso subconsciente de un héroe aterrado por lo que pueda haber debajo de su máscara y sobre todo mucho humor (bizarro, pero humor al fin y al cabo). 


DOOM PATROL


Y al fin llegamos a mi último descubrimiento, la joya de la corona del género postsuperheróico: Doom Patrol (En en esta entrada me limitaré a hablar de la etapa en la que Grant Morrison se hizo cargo de los guiones de la serie).
Doom Patrol son La patrulla Condenada, los Misfits del universo DC. Con poderes sobrehumanos que no pidieron y que (la mayoría) serían mucho más felices sin ellos. Pero sin embargo son el grupo definitivo a la hora de enfrentarse a amenazas demasiado excéntricas para los superhéroes corrientes: La lisérgica Hermandad del Dada, capitaneada por el misterioso MR. Nobody; la infiltración en nuestra dimensión de Orqwith, un mundo ficticio habitado por Los Hombre Tijera, creado por una comunidad de intelectuales por pura diversión (a muchos esta premisa les recordará a cierto relato de Borges); O una malévola secta que quiere invocar a una criatura apocalíptica y que nuestros héroes tendrán que evitar recurriendo a un edificio de cualidades mágicas... La Sagrada Familia de Antoni Gaudí. 
Doom Patrol es una serie emocionante, divertida, surrealista hasta el extremo y tremendamente estimulante. Mezclar referentes como Burroughs, Thomas de Quincey, Borges, surrealismo, dadaismo, Albert Hoffman (y mil más)... que todo tenga sentido y encima rías a rabiar: Esta colección no tiene precio.
Los principales integrantes de Doom Patrol son: 

-Niles Caulder: El cerebro del grupo. Postrado en una silla de ruedas es una de las mentes más privilegiadas del planeta.

-Cliff Steele: Un conductor de coches de carreraa que, al sufrir un accidente mortal, se recupera su cerebro y se inserta en un cuerpo metálico de gran fuerza y resistencia. El bonachón del grupo. El que dice cosas como "Podrías decirlo en cristiano" o "¿Por qué estas cosas ya no me sorprenden lo más mínimo".

-Crazy Jane: Una joven traumatizada por los abusos de su padre que, para protegerse, ha creado hasta 70 personalidades distintas, cada una con un poder específico.

-Rebis: Un ser compuesto por la unión de un hombre, una mujer y un extraño "ente negativo". Es inmortal y, aunque guarda recuerdos de los individuos de los que está compuesto, encuentra difícil interesarse por los aspectos humanos.

-Dorothy Spinner: Una adolescente con cara de simio que es capaz de materializar (aunque casi siempre involuntariamente) grotescos monstruos que habitan en su subconsciente.

Hasta aquí mi apreciación del género de superhéroes en un mundo en que los superhéroes no tienen cabida. Estaré ancantado de que me informéis de otros grupos que merecen estar en esta lista.










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