viernes, 24 de junio de 2011

A SANGRE FRÍA de Truman Capote

 CRÓNICA DE UN HOMICIDIO MÚLTIPLE

Holcomb es un pequeño pueblo granjero perteneciente al condado de Finney, Kansas. Un lugar apacible, cuyos habitantes pueden presumir de una moral basada en antiguos y seguros valores, dónde nadie siente la autonservadora necesidad de cerrar la puerta de su casa con llave por no conocer el recelo hacia lo ajeno. Y entre estas amables gentes destacan por su dignidad y benevoliencia los Clutter, una familia respetada y amada por todos los miembros de la comunidad, la viva encarnación de los excelsos valores definitorios de la familia tradicional americana: sana, trabajadora, religiosa y bondadosa. Una familia perfecta vivendo días de ensueño en el paraíso. Y así fue hasta que, una mañana, amanecieron asesinados de un tiro en la cabeza.

Estos hechos, conocidos probablemente por la mayoría, encontraron eco en los periódicos de todo el país, despertando la ávida curiosidad del recalcitrante y excéntrico Truman Capote, que se ofreció a cubrir el suceso y escribir una crónica para la prestigiosa The New Yorker. El resto, como se suele decir, es historia. La crónica del asesinato de los Clutter requirió una investigación de más de cinco años, resultando de ellos una obra compleja, profunda y tan descarnada como el propio título avanza.

Capote, a pesar de ser una figura invisible en la narración de los hechos, impregna esta descomunal crónica con su elocuente y sutil estilo. Por eso no es de extrañar que, pese a lo abyecto del crimen, el asesinato múltiple de una familia respetada que, según los habitantes de la atribulada Holcomb, era imposible que tuviesen algún enemigo, nos atraiga tan vivamente uno de los crueles homicidas. Un joven maldito con la bilis de la violencia. Un ser sensible, de emociones delicadas y eternamente relegado a los oscuros callejones de los suburbios: el taciturno e imprevisible Perry Smith. Al igual que el autor de Desayuno en Tiffany's, observamos con fascinación la retorcida belleza de ese ser único y extraño, como si contemplásemos un vigoroso tigre, herido y aprisionado en una jaula minúscula.

Los vecinos de Holcomb, perplejos ante el crimen acontecido, se preguntaban incrédulos cómo podía ocurrir un hecho semejante tan cerca de sus casas. Y que, de entre todos, aquello le hubiera ocurrido a los Clutter, familia querida y admirada por todos,  les angustió aún más. No le encontraban explicación: Para ellos sólo podía ser un acto de mal absoluto. Pese a su descomunal ejercicio de investigación, la obra de Capote no ofrece la revelación que los habitantes de Holcomb necesitarían. La respuesta al porqué del sanguinario acto. No lo hace porque no puede, nadie podría. A sanfre fría traza un complejo mapa casuístico que se despliega más allá de la concienciA y realidad de sus propios protagonistas. Un mapa cuyo principio y fin colisionan en acto de violencia sin sentido, la noche del 15 de Noviembre de 1959, en una aislada granja del poblado de Holcomb.

miércoles, 15 de junio de 2011

EL HÉROE (LIBRO 1) de David Rubín

 EL MITO REINVENTADO

Recientemente se ha publicado el primer tomo de la más extensa y ambiciosa obra del multipremiado dibujante y guionista de cómics David Rubín. Sólo dos años después de que publicara su primera obra completa, El circo del desaliento, y que posteriormente se ganara la admiración de crítica y público con La tetería del oso malayo, Rubín emprende un posmoderno ejercicio de reinvención del mito de Heracles y sus doce pruebas, reflexionando sobre el papel del Héroe en el imaginario universal contemporáneo y explorando (puntualmente) el sesgo más humano del semi-Dios (que por ser humano también es imperfecto).

Así pues, la obra de Rubín nos narra las gestas heróicas de Heracles (encomendadas por su mezquino hermano Euristeo) en una adaptación lineal, que no literal, del mito (aunque las pruebas son análogas, en las mayoría de ocasiones el autor se permite licencias literarias), aunque trasladando la acción a un escenario reimaginado, un mundo en el que conviven cultos y civilizaciones antiguas con influyentes mass media, electrónica contemporánea y cultura popular. Este eclecticismo, original y sugerente a primera vista, acaba resultando un tanto irregular e insatisfactorio: Mientras que algunos elementos amplían y enriquecen el significado de la obra (Euristeo sodomizando a un esclavo con un retorcido juguete sexual, el trance que padecen Teseo y Heracles en el circo de las Amazonas o el héroe, de niño, jugando con figuritas de Batman y Superman), otros están pobremente Aprovechadas (el papel del protagonista como figura mediática) o se reducen a detalles que, buscando enriquecer el corpus de la historia, se quedan en guiños intrascendentes (Heacles escuchando Heroes de Bowie en su mp3, mientras lucha con algún monstruo quimérico) .

Aún así, no se le puede negar al autor el que probablemente sea su mayor logro en esta obra: El absoluto dominio de la composición y planificación de las páginas y el ritmo interno de la narración a través de las viñetas que convierten el cómic en un entretenimiento épico y trepidante, a fin de cuentas, lo que requiere este tipo de historia. Ésto, sumado a algún puntual reflejo de la latente fragilidad de tan inquebrantable héroe (El arrepentimiento de Heracles tras entregar a su hermano la cierva dorada, una hermosa dama en realidad con la que llegó a compartir lecho), convierten El Héroe en una obra de aventuras excitante y muy recomendable. Pero, por ahora, nos queda la sensación de que apuntaba alto y se quedó a medio camino. Esperaremos que el segundo libro si alcanze las expectativas planteadas.

martes, 14 de junio de 2011

A PERSONAL JOURNEY WITH MARTIN SCORSESE THROUGH AMERICAN MOVIES de Martin Scorsese y Michael Henry Wilson

 AMAR EL CINE

Las luces de la sala se apagan gradualmente y el bullicio de los asistentes amaina, hasta oírse sólo un ligero y anónimo carraspeo. El proyector, tras arrancar perezosamente su fantástica maquinaria, despide un vacilante juego de luces y sombras hacia la pantalla. Cientos de miradas devotas se concentran en la liturgia y entonces... entonces comienza la magia.

El título de este imprescindible documental no es gratuito: De la mano del maestro Scorsese, cuyo enciclopédico conocimiento del séptimo arte sería comparable al inabarcable saber de Borges en terreno literario, emprendemos un ilustrativo recorrido a lo largo de medio siglo de cine nortamericano. Pero la exposición y estructura no se rigen por una disciplina historiográfica o un núcleo temático cohesionador. El documental es, en boca del propio director, "su propio museo imaginario", una evocación reverencial y pletórica de sus inmortales del cine. Aquellos que, a través de tantos títulos inolvidables, forjaron el mito del cine y lo convirtieron en un sueño infinito y hermoso al que el director italo-americano deseaba pertenecer desde que, siendo un niño, observara fascinado los áridos y peligrosos parajes de los westerns de John Ford.

Un viaje personal, íntimo y solemnemente autoral (el título del film trazado con grafía hecha a mano, como rúbrica del propio director, o la aparición de Scorsese, rodeado de una oscuridad reconfortante, hablándonos como si fuésemos sus confidentes por un instante) a través de las películas que definieron la vida del director: Su propia Historia del cine. Y éste, probablemente, sea el mejor modo de abordar tamaña empresa: Rememorando, con nostalgia y admiración, los títulos que cambiaron nuestra vida y nos hicieron amar el cine, organizando nuestra filmoteca imaginaria como hiciera Rob, el protagonista de Alta Fidelidad, con su desmesurada colección de discos: En orden autobiográfico. Nuestra propia Historia del cine. Porque la razón más poderosa por la que amamos una película es que, de alguna manera, nos habla de nosotros mismos.

Las últimas palabras de Scorsese son certeras y reveladoras: Nos habla de su antigua vocación religiosa (como muchos sabrán, el director de Taxi driver ingresó en un seminario con la intención de convertirse en cura), finalmente frustrada cuando le entró el gusanillo de las películas y se convirtió en director de cine. Pero, como él mismo nos dice, tal vez no sean dos oficios tan diferentes al fin y al cabo: En las iglesias, la gente se reúne en un espacio de escasa iluminación para abrir su corazón y compartir con el resto una experiencia trascendental, mística. Y bueno, eso es exactamente lo que ocurre en una sala de cine.

La imagen se funde a negro y el cartel que anuncia el fin entra en escena. La gente llora, emocionada. Aplauden, se quieren, son mejores personas. Y esa es la magia del cine.

lunes, 6 de junio de 2011

X MEN: PRIMERA GENERACIÓN de Matthew Vaughn

 RECONCILIACIÓN CON EL PASADO

De la mano de Matthew Vaughn nos llega la (ya) quinta película de los superheróicos mutantes de la Marvel, esta vez narrándonos una versión apócrifa, aunque igualmente disfrutable, de los orígenes de la longeva patrulla X. Vaughn, productor habitual de Guy Ritchie que dio el salto a la dirección trazando una ecléctica filmografía (Layer cake, Stardust y Kick ass), parece buscar con este X-MEN: Primera Generación la reconciliación con los primeros títulos de la saga (dirigidos con brillantez por Bryan Singer), alejándose de la fútil hipertrofia de la tercera entrega y del aborrecible spin-off protagonizado por Hugh Jackman, Lobezno. Por esto mismo, el resultado final despierta sentimientos contradictorios: la satisfacción de atestiguar como una digna saga lucha por redimirse y la frustración al comprobar que no acaba de conseguirlo.

Ambientada en los convulsos 60 de la Guerra Fría, la película nos narra la historia de Charles Xavier y Erik Lehnser (futuros Profesor X y Magneto), dos mutantes que se alían para formar un grupo de súper-jóvenes con habilidades especiales que trabajarán para el gobierno para resolver situaciones de crisis internacional. Y probablemente sea el alambicado trazado de la relación entre estos dos personajes, que acabarán convirtiéndose en acérrimos enémigos, el punto fuerte en la trama de la película, culminando en un clímax que no por ser ya conocido resulta menos poderoso. Sin embargo, el resto de personajes, incluyendo una joven Mística que dista mucho del prototipo de femme fatale de los títulos predecesores, deambulan por la película con cierta aleatoriedad, protagonizando instantes encomiables pero sin mayor trascendencia.

Como visión general, es de agradecer el regreso de la saga a la inocencia y frescura de los primeros títulos, subrayando un original primer acto en el que Erik, sediento de venganza, persigue a antiguos generales nazis alrededor del mundo y que remite más al cine de espionaje a lo 007 que a las películas de superhéroes. Pero la magia de la historia se desvanece en los constantes esfuerzos por reafirmar su epicidad con frases innecesariamente sentenciosas y las constantes y no muy elaboradas referencias a sus predecesoras. Y sobre todo se echa en falta la sobriedad y el ingenio narrativo (marca de Bryan Singer) que encumbró a las primeras películas como dignos y elegantes divertimentos (con alguna sorprendente excepción, véase la transformaciión de Hank McCoy en su alter ego Bestia).

Simpática y juvenil versión de los X-men que, pese que se disfruta e incluso llega a emocionar, nos deja la sensación de que podría haber sido bastante más.

(Especial atención a un tontuno pero tronchante cameo de la película. No digo más.)

jueves, 2 de junio de 2011

DESTINO OCULTO de George Nolfi

LO QUE PODRÍA HABER SIDO

Matt Damon huyendo despavorido, misteriosa conspiración urdida por hombres con sombrero y puertas mágicas que te conducen a cualquir punto del planeta. Destino oculto parecía tener suficientes ingredientes para convertirse en un digno neo-thriller laberíntico de los que sales con más preguntas que respuestas. Pero sólo lo parecía. Enésima adaptación a la pantalla de un relato de Philp K. Dick, la película de Nolfi se suma a la prolija lista de mediocres cintas basadas en la obra de este excelente autor (Asesinos cibernéticos, Next o Paycheck por nombrar algunas) frente esas otras grandes que, como nerds románticos, recordamos con cariño y nostalgia (Blade Runner, Desafío total... sic).

Pese a su pretendida grandilocuencia, Destino oculto resulta una película anodina con cierto aroma a desgastado deja vu. Vayamos por partes: Como principal síntoma, la historia tarda en empezar y el misterio, principal aliciente de la historia, se desvela muy pronto. Se nos presenta al personaje, un prometedor político (Damon) que ve su carrera truncada por un escándalo. Y luego nos presenta a la chica del drama, en una larguísima escena junto al protagonista que nos perfila, así de golpe, el fuerte vínculo que va a unirles y los tremendos conflictos que ello acarreará. Y éste es sólo el primero de una sucesión de encuentros torpes, dilatados y totalmente carentes de emoción entre la pareja protagonista. Lo dejamos pasar, porque claro, no hemos pagado la entrada de un melodrama. Pero más tarde, cuando los hombres misteriosos con sombrero aparecen (con un fantástico John Slattery a la cabeza, el único que parece tomarse todo aquello con la seriedad que se merece, es decir ninguna) desvelan su misterioso cometido y ahí si que se acabó la fiesta. A partir de este punto ya sólo queda esperar que la pareja pueda unirse a pesar de las contingencias y, sinceramente, la película no nos ha ofrecido nada para que esa unión nos importe lo más mínimo.

El resto empieza a caer por sus propio peso. Las urgencias y conflictos son de risa, propias de una mala comedia romántica ("Tengo que encontrar a la chica antes de que se case con el hombre equivocado", ays) y la mayoría de elementos saben a cliché (la supuesta teología del "Departamento de ajustes" y como trabajan, así como sus debilidades). En resumidas cuentas, hacia el tercer acto de la película todo te parece una bizarra mezcla de Dark city y Novia a la fuga.

Pero aún así esperas, preguntándote con que ingenioso final te sorprenderá la película. Y en efecto, te sorprende. Deus ex machina y moralina final. Una pena. Esta película parecía tantas cosas.